Por Iprofesional.com
Las empresas de Latinoamérica se caracterizan por contar con empleados de altísimo valor a costos competitivos. Esta premisa, hace suponer que las organizaciones de la región están en plenas condiciones de alcanzar una productividad óptima de su personal.
Sin embargo, un estudio realizado por SAP en Brasil estableció que, aún con las mencionadas condiciones favorables, las compañías de ese país vuelcan mucho tiempo de sus recursos humanos a tareas transaccionales y de bajo valor agregado que sus pares de otras geografías.
Las conclusiones se obtuvieron luego de estudiar más de 800 análisis comparativos de eficiencia (benchmarking) realizados por SAP para sus clientes de todo el mundo.
Como parte del estudio, se observaron específicamente las áreas de compras y finanzas y se visualizó que las actividades de back office de las compañías brasileñas no son tan eficientes en costos en comparación con lo que ocurre en empresas de otras partes del mundo y que aún queda un margen muy amplio de mejora respecto del aprovechamiento del capital humano. ¿Las razones? Bajos niveles de profesionalización y automatización, un fenómeno que, más allá de que el análisis se realizó puntualmente en Brasil, es extensible a toda la región.
La adopción de mejores prácticas es poca o insatisfactoria, la penetración de sistemas de gestión integrados es escasa e, incluso cuando se ha implementado, suele sufrir un uso incorrecto de sus capacidades para reducir tareas manuales y redundantes.
Para torcer esta realidad, es esencial comenzar a trabajar con sistemas de gestión integrados, estandarizar procesos, automatizar tareas, implementar mejores prácticas. Durante el mismo estudio, se estableció que, a nivel global, las empresas que utilizan sistemas SAP en parte o en la totalidad de sus procesos financieros suelen ser un tercio más productivas que las que no lo hacen (en Brasil, el porcentaje fue de 57% más alto).
Las condiciones de base están dadas. Los empleados de alta calidad están disponibles. Los costos de nuestras economías son competitivas. Resta que los altos directivos de las organizaciones latinoamericanas comiencen a dar los pasos en la dirección correcta para aprovechar al máximo las eficiencias y hacer explotar la productividad.