Los sistemas biométricos han tenido un gran impacto en los controles de acceso, ver como personas ingresan a su trabajo suministrando una huella o patrones oculares es algo que no deja de ser impresionante. No obstante, es sólo el comienzo de algo que irá mucho más allá.
Recientes investigaciones en los Estados Unidos, han podido demostrar que el ritmo cardíaco de cada persona tiene una huella única al igual que las marcas dactilares, por lo que se podría usar como un indicador biométrico, que no puede ser imitado de ninguna manera.
A la vez que los sistemas biométricos se vuelven más poderosos, también se han hecho cada vez más económicos, lo que permite verlos en infinidad de lugares, tales como empresas, centros de salud, escuelas, medios de transporte y hasta en notebooks.
Las empresas dedicadas a la manufacturación de estos productos esperan hacer diseños cada vez mejores. Una de las metas es seguir abaratando los costos de los sistemas de biometría, a la vez que se logran aparatos menos invasivos.
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